Siguiendo con la serie de entradas temáticas del
Verano hoy me gustaría hablar sobre los protectores solares.
A pesar de que vivimos en una época de crisis
económica donde parece que nada importa más que el empleo, la estabilidad, la
macro y microeconomía, etc...
Siguen existiendo problemáticas que aunque han
pasado a un segundo plano son importantes.
No hace mucho hablábamos de lo perjudicial que
puede llegar a ser tomar el sol actualmente. Hablábamos del agujero de la capa
de ozono, del protocolo de Kyoto. De cómo la atmósfera no era capaz de filtrar
todas las radiaciones solares y por ello era vital protegerse en caso de querer
tomar el sol.
Todo eso no ha cambiado, es más me atrevería a
decir que si las inversiones siguen menguando y el foco se aleja de dichas
temáticas muy probablemente se esté agravando. Es por tanto necesario estar
informado de que son las radiaciones solares y de que "armas"
disponemos para protegernos.
Es lógico y normal que queramos ir a la playa y
tomar el sol. Las pieles morenas nos favorecen y nos hacen tener un aspecto más
agradable. Además el Sol es beneficioso en muchas cosas, favorece la
activación de rutas metabólicas, nos permite adquirir vitaminas...
Es una exposición prolongada lo que es perjudicial.
Y más concretamente una exposición prolongada a los rayos UVB.
Una quemadura se produce cuando al estar
expuestos a una radiación prolongada de rayos UVB se excede la capacidad
de la Melanina de proteger la piel.
Hablamos de rayos UVB ya que este es el tipo de radiación más perjudicial. La radiación UVB penetra más adentro de nuestro organismo siendo un riesgo para nuestra salud. La radiación UVA, más conocida, es menos penetrante pero no por ello saludable.
La radiación UVB es filtrada por la capa de ozono, por lo que su llegada hasta la superficie está atenuada. La degradación de la capa favorece que pueda llegar con mayor facilidad a nosotros por lo que es más necesario aplicar filtros solares.
Imagen 1.Radiación UVA y UVB
El resultado de la quemadura es el tono rojizo
que se adquiere y que luego deja paso a un tono cobrizo, tan atractivo hoy en día.
¿Qué significa el número que viene en el envase?
(15, 30, 50)
Imaginemos que tenemos un reloj con cronómetro.
Ahora nos acostamos en la playa al mediodía y lo ponemos en marcha.
Tranquilamente, nos ponemos a tomar el sol hasta que observemos que nuestra
piel adquiere una tonalidad rojiza, es decir, nos hemos quemado.
En ese momento paramos el reloj. Ese es el tiempo
que tardamos en quemarnos para esa intensidad de sol.
Bien, ahora cuando compremos un protector solar
estamos en situación de conocer cómo puede actuar. El factor que viene indicado
en el envase es el indicador.
Por ejemplo, si decidimos comprar un factor 15.
El tiempo que estaremos protegidos aplicándolo no es más que (15 x tiempo que
tardamos en quemarnos). Si nosotros calculamos que tardábamos 20 minutos que
quemarnos, la crema nos protege, 15x20= 300 minutos. Pasado este tiempo
deberemos aplicar más cantidad para evitar que nuestra piel se queme.
¿Pero exactamente qué función tiene un protector
solar?
Un protector solar no es más que un filtro de
rayos UV que aplicamos sobre nuestra piel. Está compuesto de moléculas
orgánicas que absorben la radiación y evitan que penetren en nuestro organismo.
Existen dos tipos de protectores solares, los
filtros físicos y los filtros químicos.
Los filtros físicos, actúan como una pantalla que
no permite que la radiación solar penetre en nuestra piel. El dióxido de
titanio puede actuar de esta manera.
Los filtros químicos, actúan absorbiendo la
radiación y transformarla en otro tipo de energía que no resulta perjudicial
para nuestro organismo. Este tipo de filtros son lo que se clasifican en
factores, explicados anteriormente.
Además, posee agentes hidratantes que evitan que
la piel se reseque debido al sol.
¿Entonces si me aplico un protector solar no me
pondré moreno/a?
No es cierto, muchas veces no nos aplicamos
protector o nos aplicamos protector de bajo factor ya que creemos que así nos
pondremos morenos más rápidamente. Sinceramente, nos quemaremos más rápidamente
pero no nos pondremos morenos.
Al aplicar una crema, estamos reduciendo
drásticamente la capacidad de absorber rayos UV pero no totalmente. Una parte
de ellos siguen pudiendo penetrar por lo que si nos pondremos morenos. Eso sí,
de una forma más segura.
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